miércoles, 28 de julio de 2010

SI TODOS LOS CORAZONES FUERAN COMO EL DE CHAY...EL MUNDO CONTARÍA OTRA HISTORIA...

"Quieren a Chayanne más que a su padre".

Niñas de la Casa de las Mercedes IAP acuden a visitar al boricua en el Palacio de los Deportes

CIUDAD DE MÉXICO.- A sus 17 años, Cristi Hernández ha conversado en más ocasiones con Chayanne que con su padre.
"Si alguna vez vi a mi padre, no lo recuerdo, porque era yo muy pequeña", contó la adolescente el sábado, minutos antes de entrar al camerino del cantante puertorriqueño en el Palacio de los Deportes, donde ofreció un concierto a la audiencia mexicana.
Ella tiene la misma edad que la Institución que habita, Casa de las Mercedes IAP, y que ha atendido a 3 mil 19 niñas madres, entre 9 y 19 años, en riesgo de prostitución o maltrato infantil, 12 de las cuales acudieron para saludar al artista a invitación del programa Creamos Alegrías de la Fundación CIE.
No obstante, la tarde del sábado, Cristi volvió a tener 9 y 14 años, mientras recordaba las visitas que el intérprete hizo a la Institución en 2002 y 2007.
"¿Ustedes se acuerdan cuando las fui a ver?", pregunta Chayanne al recibir al grupo de chicas que llevaban una guitarra y habían ensayado "Me Enamoré de ti" durante un mes para cantarle a su ídolo.
Cristi y Patricia Reyes contestaron afirmativamente, pues ambas recordaron cómo durante su concierto anterior les dedicó una canción.
"No me acuerdo tan bien, pero en 2007, como hice mis quince años, él nos dedicó una canción, la de quinceañera ('Tiempo de Vals') durante su concierto.
Llevaba un vestido rosa", recordó Cristi.
Patricia tiene 19 años, e ingresó a Casa de las Mercedes a los 4. A los 11 años vio por primera vez al cantante en un recorrido por las instalaciones del refugio.
"Marcó algo en mi vida porque mucha gente después de que visitan la Institución se olvida de nosotros. Para muchos es publicidad, pero no para él, porque volvió y pidió vernos a nosotras.
Además me encanta verlo porque desprende todo en el escenario", rememoró.
Aunque fueron sólo cinco minutos los que el cantante concedió a las chicas, bastaron para que ellas le entregaran como obsequio una rosa de papel de medio metro de alto, hecha a mano.
Chayanne les autografió la guitarra, mientras el resto de las niñas le lanzaban una porra.
"Parece que dio mucho trabajo", dijo Chayanne con una sonrisa, mientras abraza a una de ellas.
"Yo necesito algo de ustedes. Necesito que me ayuden a cantar esta noche, que todos las vean a ustedes cantando", les pidió.


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